viernes, 7 de septiembre de 2018

7 de setiembre

Son las últimas fiestas de pueblo. Se acaba el verano. Termina una etapa y empieza otra.
Este año son unas fiestas diferentes ya que mañana vendrán las despedidas y no quiero que lleguen.
Sinceramente, nunca he sido de fiestas de pueblo porque me acaban aburriendo, pero estas son especiales, mágicas y os explicaré el motivo.
Mi mejor amiga sale, encima de un caballo, preciosa. Nunca me han apasionado los caballos, pero desde que la conozco, ya hará dos veranos, les he cogido más confianza, hasta tal punto que este año, he sido capaz de caminar durante más de 3 horas a su lado porque no quería separarme de ella. Quería asegurarme que no se sentía sola y que disfrutaba tanto como lo estaba haciendo yo.
Mirad que nunca me había emocionado con estas cosas pero cuando llegaba el momento de entrar en la plaza y verla ahí, sonriendo a cada salto que hacía con el caballo y saber que en ese momento era la mujer más feliz del mundo, hacía que se me empañasen los ojos porque era su momento que tanto tiempo había esperado. El de lucirse.
Mañana acaba y habrá lágrimas, muchas, pero son de alegría así que merecen muchísimo la pena porque ella se lo merece más que a nadie. Mientras tanto, a reponer fuerzas que mañana se viene otra caminata igual de larga.