viernes, 14 de diciembre de 2018

Detrás de un "estoy bien"

Acabo de encontrar una foto de hace unos 2-3 años aproximadamente y la verdad, no me reconozco.
Me he dado cuenta de hasta que punto llegó mi obsesión por estar delgada. No era consciente de que iba adelgazando por no comer. Sin embargo, cada día era una lucha interna porque no veía cambios en mi, aunque en realidad, si que los había.

Miro la foto y me entristece recordar esa época. Una época en la que se basaba en verme cada día peor, en autolesionarme por sentirme inútil y en no comer porque me veía "gorda" y no quería que la gente se riese de mí. Una época en la que me pesaba cada día y que si veia un gramo más marcado en la báscula, pensaba en lo que tenía que dejar de comer para perder ese gramo y así adelgazar. Lo recuerdo como si fuese ayer.
Cuántas veces pensé en ir a un psicólogo, aunque nunca llegué a ir porque no era capaz de decírselo a mis padres. Pensaba que no me entenderían y que pensarían que era cosa de crios. Al fin y al cabo, casi nunca contaba nada de lo que me pasaba por mi mente a la gente más cercana porque no quería ni que se cansasen de mí, ni que pensasen que eran chorradas.

Luego, empezó mi 2n de bachillerato; Como no tenía suficiente con lo que había arrastrado durante todo el año, volví a recaer. Aquí ya se sumó el hecho de que quería estar sola y lo conseguí. Alejé a muchísima gente de mi lado. No iba a clase porque no me apetecía. Me sentía tan inútil que me pasaba más horas en mi coche que en el instituto. Dejé de sonreír. Me volví muy fría y arisca. Y sobretodo, ver a la persona que te ha cuidado durante toda la vida como se iba apagando poco a poco fue un golpe demasiado duro. Fue un año muy largo y duro y como no, volví a adelgazar. No tanto como la primera vez, pero iba en camino. Quizás no lo conseguí porque esta vez ya me sobrepasó tanto todo que tuve que terminar contándolo a un par de personas que a pesar de todo, se quedaron a mi lado y me ayudaron.
Recuerdo que durante el curso varios profesores me preguntaron si me pasaba algo y yo decía o que no o que eran tonterías porque en mi mente pensaba "Que va a pensar una profesora de unas inseguridades tontas de una niña de 18 años. Paso de que se ría de mi."
Supongo que el tope ya fue cuando falleció esa persona tan importante para mí. Que me había cuidado durante toda mi vida. Ahí ya me derrumbé del todo. Fui capaz de llorar delante de la persona que me había estado ayudando durante ese curso y eso cambió tanto en mi como en nuestra amistad. Hacía tiempo que no era capaz de llorar y menos delante de la gente. Era como mostrar un signo de debilidad y no quería que nadie se riese de mí. Supongo que el pasado siempre influye en tu manera de ser.


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