lunes, 4 de abril de 2016

Nadie dijo que fuera fácil

¿Alguna vez habéis tenido esa sensación de que todo va mal? ¿De que hagas lo que hagas te va a salir mal? Porque yo si.
Esa sensación en la que te sientes vacía, que no hay nada que te llena. Que simplemente estas por estar.
Sientes como poco a poco vas cayendo en un pozo donde no sabes si luego podrás salir, o peor aún, si querrás.
Empiezas a odiarte a ti misma, a ver todos esos defectos que tal vez no le prestabas tanta atención o simplemente que no existen pero que tu mente los ha creado.
Van pasando los días y tu empeoras. Tu autoestima roza el suelo y ya no sabes que hacer más para que tus defectos desaparezcan. Tus amigos te dicen que no tienes dichos defectos y te empiezan a decir tus virtudes porque joder, seguro que tienes, pero tu no los ves porque te has cerrado en banda y solo ves las cosas 'malas' de tu cuerpo o de tu personalidad.
Entonces los demás empiezan a notar cambios en ti; que si estas más delgada, que si últimamente estas más seria... Pero tu no quieres dar explicaciones, simplemente intentas sonreír, aunque sabes que has tocado hondo.
Estas en un punto en el que solo quieres estar sola, huir del mundo y que por cada error que cometes; una lágrima caerá sobre tu mejilla y una gota de sangre sobre tu muñeca.
Has encontrado una manera de sacar tu rabia contenida, aunque sabes que no es lo correcto, pero es eficaz. Así que sabes que es la hora de pedir ayuda. Y ahí esta; esa amiga que en ningún momento te ha dejado sola, aún sabiendo que ibas a caer.
Primero te pide que antes de desahogarte de la manera que lo hacías, le hables y te desahogues con ella.
Los primeros días van bien, pero como todo, se acumula, y vuelves a desahogarte de esa manera que para ti es más rápida y eficaz. Pero sabes que no está bien. Así que junto con tu amiga, te prometes a ti misma y a ella, que no lo volverás a hacer. A cambio, ella seguirá a tu lado.
Y dicha promesa se cumple.
Los próximos días, ella intenta hacerte ver las cosas de otra manera porque de la manera que lo estabas viendo hasta hora no ha sido efectivo. Así que ha sido hora de dar el cambio.
y poco a poco, con el apoyo suficiente, vas saliendo del pozo que no sabías si ibas a salir.
Empiezas a quererte poco a poco a ti mismo, porque para poder querer a alguien de verdad, tienes que empezar por quererte a ti.
Entonces, aún sabiendo que eres débil, vas recuperando esa confianza que habías perdido y esa sonrisa que había desaparecido.
Nunca sabes lo que te va a pasar, pero nunca va mal que estén esas personas que te ayuden, que no te dejen caer, o aún cayendo, te ayuden a levantarte, porque de eso trata la amistad. Porque de vida solo tenemos una y todos tenemos defectos y virtudes, pero para eso están las amigas, para ayudarnos a remarcar las virtudes y deshacernos de los defectos que tanto nos marcan día a día y que nos pueden a llegar a hacer más daño del que debería.


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