lunes, 25 de abril de 2016

Un pasado presente

Solo nos hace falta una carícia, un abrazo o un beso para transformar lágrimas en sonrisas.
A veces, solo se necesita hablar las cosas para que de un granito de arena no se transforme en una montaña, en una acumulación de cosas que nos mate poco a poco por dentro.
Un simple susurro en el oído es capaz de hacernos olvidar todo lo que tenemos a nuestro alrededor y centrarnos en ese instante.
Un instante en el que todos los miedos se desvanecen y nos hacemos un poquito más fuertes. Donde somos nosotros mismos sin temor a ser juzgados y nos sentimos un poco más seguros de nosotros mismos.
Con ello, conseguimos que se nos haga el dolor que llevamos un poco más pasajero, que no nos acribille día y noche y que podamos aconseguir que poco a poco, vaya desapareciendo de nuestro interior.
No sabremos con certeza si algún día desaparecerá del todo o si solo lo intentamos ocultar o si simplemente depende de un hilo muy fino que haga que en un momento se rompa y volvamos a recordar el pasado como si fuese ayer haciéndonos más débiles.


No hay comentarios:

Publicar un comentario